Cada aceite tiene un sabor, textura y características diferentes, estas últimas son las que determinan lo bueno o malo que es un aceite para añadirlo a nuestra alimentación. La respuesta a la pregunta, por lo tanto, sería depende. Depende de muchos factores: el plato que queramos preparar, como lo vamos a preparar y lo saludable que queremos que sea.
En este artículo vamos a analizar 3 tipos de aceite, los dos más clásicos, el aceite de oliva y el de girasol y nuestro aceite de aguacate Perseus.
Características de cada aceite para cocinar
Lo primero a tener en cuenta es que, al calentar el aceite a cierta temperatura, se cambian sus características químicas y pueden volverse perjudiciales, saturándose, convirtiéndose en grasas trans y generando compuestos tóxicos. Por eso, es muy importante fijarse en el punto de humeo de cada aceite, en este caso, el que más calor soporta es el aceite de aguacate. Además de esto, es un aceite perfecto para aliñar o complementar nuestros platos gracias a su suavidad, sabor y textura.
El aceite de oliva soporta también soporta temperaturas elevadas, pero tiene un problema principal, no se puede reutilizar. Esto se debe a que, al ser un aceite monoinsaturado, su composición se altera más fácilmente con el calor y puede ser perjudicial para la salud. En cambio, si nuestra idea es utilizarlo en crudo, para aliños, por ejemplo, es un aceite ideal debido a su sabor.
Para terminar, el aceite de girasol. Recomendamos usar este aceite para preparar para cocinar a temperaturas suaves, en hervidos o en repostería. Esto se debe a que, como los demás aceites de semillas, se deterioran con facilidad a la hora de freír.
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